jueves, 26 de junio de 2008

El castillo de Gallifa

Hace un par de meses preparando una marcha tuve la oportunidad de visitar el Castillo de Gallifa. Lo que en su día fue una ermita hoy en día se ha convertido en un Santuari Ecològic, un lugar realmente extraño que bajo el paraguas de la ecología mezcla churras con merinas: todo tipo de religiones, figuras, referencias... en un rollo espiritual de pinta muy chunga, donde además se han inventado una virgen y tienen un par de imágenes de mujeres con numerosos pechos .

El santuario, por supuesto, no se puede visitar de forma gratuita, pero se puede acceder a él sin pagar, simplemente subiendo a pie por la parte de atrás de la montaña, desde un camino que sale cercano a Gallifa, pueblo por cierto muy bonito, de apenas 200 habitantes, el más pequeño de la comarca del Vallès Occidental. La subida parece fuerte desde abajo, pero es bastante corta y aunque la senda no está demasiado bien con tranquilidad se sube sin problemas. Así llegamos nosotros, pues por allí cruzan varios caminos y tras dar la vuelta al reciento, en mi caso completamente flipada (para un día que no llevo cámara) nos encontramos en la puerta con un tío de melenas, pañuelo a la cabeza en forma de cinta, camisa de cuadros y chaleco, pantalones vaqueros cortados y botas de monte, que sólo verlo se completa el espectáculo- de película, en serio. Os dirá que el recinto es privado y que todavía no les ha dado tiempo a cerrarlo del todo y que tienes que pagar, pero si vaís con un pinta un poco de montañeros y tal seguro que pasáis sin problemas. Así que aprovechad mientras se pueda. Si tenéis pensado hacer alguna ruta tranquila por el Vallès esta zona es muy chula y de paso visitaís el "santuario".

miércoles, 25 de junio de 2008

De visita por Vitoria-Gasteiz

Tras el derrotismo del anterior post creo que es necesaria un réplica positiva. Y es que los lugares, al final y al cabo, los hacen sus gentes y en este último viaje he estado suficientes días en Gasteiz como para reconciliarme con la ciudad.

Una visitante de fuera encontrará una ciudad cada vez más vulgar, donde todo jardín está siendo arrasado para colocar granito gris que conjunta con el gris oscuro del asfalto. La ciudad se vanagloria de "anillo verde", ahorcado cada vez más por bloques de pisos o lujosos chalets. Armentia me recordó a Vallacarca o a la Colonia Castell, pues igual que están haciendo con las casas de estas y otras zonas de Barcelona, sin duda con potencial "urbanístico", ya han desaparecido las casitas de planta baja que había junto a la ermita para dar paso a una calle que de entrada a nuevas hileras de chalets. Cualquier día los chalets surgirán en las propias campas, cual perretxikos primaverales.

El visitante también se encontrará con un casco viejo que ha pasado de ser zona olvidada por las instituciones a nuevo filón turístico, con lo que eso supone. De esta forma se justifican escaleras mecánicas, tala de árboles, construcciones vanguardistas... y otras actuaciones que pretenden recuperar el valor histórico de la zona pero que a mí, en general, me parecen aberrantes. Al igual que el médico Ferrán López de Escoriaza y su mujer Victoria de Anda y Esquivel no dudaron en el siglo XVI en derrocar y expropiar los terrenos de muchos vecinos para la construcción de su palacio renacentista en la calle Fray Zacarias, hoy en día tampoco se duda en hacer lo mismo con los vecinos de las mismas parcelas, colindantes a la antigua muralla, para mostrar los restos de la misma, penúltimo reclamo turístico de la ciudad.

Podría seguir, pero como decía, esto es un post de reconciliación. Porque el jueves estuve en la junta semanal de la AAMI y es un lujo ver que siguen trabajando de forma tan seria, pero siempre sin perder la sonrisa y las bromas, a pesar de todos los problemas y vicisitudes. Porque todavía queda algún bar o alguna tienda en los barrios, pocos, pero algunos, que sobreviven a los pubs de diseño y a los centros comerciales. Porque la gente todavía se conoce y se saluda en la calle, o al menos en mi barrio, ya que he tenido el privilegio de crecer en la Coronación y no en una ciudad fantasma como Lakua o los nuevos barrios de Salburua y Zabalgana. Porque hay cosas que no cambian, aunque los de allí se quejen, como los Joselu Anaiak cantando en la noche de san Juan en Judizmendi :) Porque mientras destrozan la ciudad a 30 minutos en coche puedes disfrutar de lugares tan increíbles como los hayedos de Burbona, que me descubrió Iker este mismo domingo rodeados de una niebla que impregnaba de magia el lugar. Y en definitiva porque como decía, un lugar lo hacen sus gentes, y lo siento por el visitante ocasional que vaya a la ciudad, peroyo he tenido la suerte de ser gasteiztarra y de crecer en la ciudad y hoy en día lejos de ella sigo teniendo a mucha gente allí por la que vale la pena regresar.

jueves, 19 de junio de 2008

"Horror urbanis"

Siempre que podía hablaba de lo chula que era Vitoria-Gasteiz.
Hoy no sé como explicar la aberración en la que la están convirtiendo... ay! no, se llama urbanismo y al parecer sus ciudadanos deben estar orgullosos.
Para ver plazas destrozadas, asepticas y grisis de sus nuevas baldosas de granito ya vivo en Barcelona, donde me duelen menos las nuevas tendencias. Pero cuando vuelvo a lugar donde crecí y no reconozco los espacios, y giro la cabeza para no ver y ni si quiera encuentro los lugares donde iba a comprar o donde me echaba un pote, lo único de lo que me quedan ganas es de no volver.

jueves, 12 de junio de 2008

Demasiadas horas sin dormir...

Hacía mucho tiempo que no hacía guapasa, pero de verdad. En estos momentos estoy en mi hora 28 y tengo una entrevista de trabajo dentro de un rato. Y esta noche cena de clase. Creo que no voy a emular la hazaña de las 48 horas, que se hizo en su día, pero ya estoy muy mayor para tantos trotes.

Hoy, que estoy un ponco densa, por no decir hecha una ... os dejo una caracolada muy especial, que vale la pena leer, pues Telesforo, además de erudito científico, parecía que también sabía explicar las cosas con gracia, y aquí nos mezcla marisco con fresas.

Caracoles, magurios, mangoliñak (Notas semántico-naturalistas)