8 años
8 años en Barcelona y 7 de blog. Poco a poco muchas algunas cosas han cambiado y otras parecen invariables. Sigo viviendo en este ciudad, que está junto al mar, aunque nunca lo he tenido tan lejos y cerca como ahora. Cada mañana oteo en el horizonte para ver si la capa de contaminación me permite verlo o no. Esta mañana sólo se intuía. Tal vez este sea el año en el que regrese al interior.
También continúa mi móbil calderiano colgado en la habitación. Costó colgarlo, pero sigue luciendo como el primer día.
Últimamente no publico caracoles. Siguen cruzándose en mi camino, pero Internet está lleno de sitios donde encontrarlos. Creo que me limitaré a publicar aquellos que encuentre físicamente.
La Candelera pasó hace un par de días, aunque todavía tengo una parte del belén por recoger. Hoy es víspera de Santa Ágada en Euskal Herria (esa santa con los pechos en una bandeja que da nombre a la bonita capilla real de Barcelona). En Gasteiz, después de unos años un poco bajos, parece que vuelve a celebrarse. Yo casi ni me acuerdo.
Continuo en el trabajo de hace 3 años. Hoy no me he agobiado demasiado, pero me espera un mes de febrero brutal... No he vuelto a hacer ninguna salida ornitológica, aunque últimamente comienzo a controlar a todas las aves del río Congost.
Y sí, durante este último año cumplí 30 y completé mi lista. Me lo pasé genial en la ópera y espero volver a repetir, en alemán y por mucho menos dinero que aquí.
Este año vuelvo a vivir sola, en una casa demasiado grande y en una ciudad que se me ha quedado pequeña. Todavía tengo barrios y rincones por recorrer, pero también ganas de cambiar de aires. Os dejo la portada del regalo de cumpleaños y de reyes. Me encantan mis portadas.
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