Kogo 02/07/05
La carretera entre Bata y Kogo está mucho mejor de lo que me imaginaba, aunque seguro que no es lo mismo en época de lluvias. Así que a pesar de la misma y de las cuatro barreras militares que hay que pasar el viaje ha sido “rápido” y sin complicaciones.
Una carretera como ésta, asfaltada sólo unos pocos kilómetros a la salida de Bata, significa problemas. Hay que tener un coche adecuado para el terreno; calcular el tiempo del desplazamiento y la hora de la salida contando posibles contratiempos (evitando siempre que se te pueda hacer de noche en el bosque); ir siempre acompañado por si sucede algo; llevar un buen cable para que te remolquen en una emergencia; envolver todo con plásticos para que se ensucie lo menos posible con el polvo arcilloso del camino; si llevas algo frágil envolverlo también adecuadamente, como la fruta, pieza por pieza por separado en papel de periódico…Ir a Bata, por su parte, significa un montón un montón de trabajo. Puedes estar deseando salir de Kogo por un par de días pero sabes que apenas descansarás. Siempre hay que recorrerse la ciudad en coche de recado en recado: la ferretería, el supermercado, el hospital, el consulado, la librería… Y por supuesto aprovechar para comprar verdura y fruta en el mercado.El mercado, con sus decenas de puestitos, su amasijo de calles, su tranquilo pero continuo movimiento. Con el tiempo terminas comprando en los mismos lugares, donde ya apenas hay que regatear y no tienes que dar tantas vueltas. Aunque siempre hay algún encargo de la gente del distrito que conseguirá que te pierdas en él. Ayer nos pasamos un buen rato hasta encontrar unas zapatillas sin cordones y de una talla enorme para un “papá” que trabaja en el hospital y siempre anda por casa.Los mercados de Bata tienen un olor muy fuerte, no sólo por la
yuca fermentada, sino por la carne y el pescado. La mayoría está seco, ahumado o en salazón, excepto la caza, que suele exponerse tal como se consigue, sin tocar el animal, sin abrirlo para quitarle las vísceras y que huela menos. Monos, cuerpo espines, ratas, un pequeño cocodrilo… La mayoría de los animales es la primera vez que los veo pero es una imagen tan chocante que es mejor casi no mirar ni saber lo que son. Te fijas en la cabrita que a los pies de la carne muerta te mira sabiendo su fin.
La foto no tiene mucha calidad pero el mercado de Bata es uno de esos lugares en los que puedes tener problemas por sacar fotos. A la izquierda, en el suelo, se puede ver yuca fermetada.