La señora Juana
A finales de octubre, el 30 ó el 31, murió la señora Juana.
Yo la conocí durante las últimas vacaciones de navidad. Tuve la oportunidad de realizarle una entrevista de vida. Fue una oportunidad porque la entrevista y su posterior análisis fue uno de los trabajos más largos y complicados que he realizado como estudiante, pero adquirió una dimensión personal que lo convirtió en una preciosa experiencia. No fue sólo mi caso. Una compañera siguió visitando a la señora que conoció en una residencia de ancianos y que se encontraba muy sola. Yo no le volví a ver. La entrevista la realicé en Vitoria-Gasteiz y la señora Juana vivía por temporadas con sus hijos y su hija, entre Gasteiz, Madrid y Manganeses. Yo ahora mismo vivo en Barcelona.
Sólo fue una tarde, pero pude conocer la historia de la señora Juana, como no llegué a conocer la de mi propio abuelo, como tal vez no llegue a conocer la de mi propia madre. Tengo una grabación de 74 minutos con ella, donde no sólo explica que le pasó durante su vida, sino donde se enfada con un mundo que siempre la juzgó, donde explica lo duro que fue salir adelante. Nunca se le dio una oportunidad, pero las cosas han cambiado radicalmente y en los nuevo tiempos ella ya no importaba, y las costumbres y valores que le impusieron tampoco.
Conocí a la señora Juana de rebote. Ya había realizado una entrevista, pero maravillas de la técnica, o mejor dicho, estupidez propia, la primera entrevista no quedó registrada. Aquella fue al abuelo José. No es mi abuelo, pero al abuelo José le conozco desde pequeñita. Era el abuelo de mi prima, era vecino en la Era y era quinto y amigo de mi abuelo materno. Así que el tío Pelillos, para mí ,era el abuelo José. Él sigue vivo, y son aun más años que los de la señora Juana, y también tiene su historia, o mejor dicho, tiene dos historias, la que me explicó y la que que no queda bien de contar a una joven. Pero esa es otra historia, y mira, lo que fue un gran disgusto terminó siendo un aprendizaje para encarar la entrevista de la señora Juana.
1 comentario
pues por ella
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