Bienvenidos a Guinea Ecuatorial
Bata 01/07/05
De Gasteiz a Madrid, de Madrid a Malabo, de Malabo a Bata.
Primera impresión al llegar al país: el golpe de calor según bajas a pie de pista. No quieres ni pensar que los siguientes tres meses tienes que soportar ese bochorno… y curiosamente ese deseo será satisfecho: la isla de Bioko y la parte continental no tienen el mismo clima, y mientras la primera soporta la época de lluvia, en Río Muni disfrutan de los meses secos. Por supuesto eso tardarás en saberlo y en ese momento, cuando sabes que conseguir llegar a Bata puede ser una odisea burocrática, dejas de pensar rápido en el tiempo.
Pasas el primer control, coges el vuelo a Bata, pasas el segundo control, te revisan las maletas, negocias con la policía de aduanas, sales por fin del aeropuerto, paras en el consulado, te registras, llegas a la ciudad, estás de compras… te preguntan cómo es la primera impresión, pero resulta que no tienes primera impresión. Simplemente te mueves por inercia manteniendo los ojos bien abiertos para no perderte nada.
Hasta que por fin ocurre. Me enseñan la habitación que tendré para esos dos primeros días en Bata y me quedo sola. Es pequeña y sencilla. Los muebles son de madera oscura y la cama está cubierta por una preciosa tela de grandes flores rojas. Sobre ella cuelga una mosquitera recogida en un nudo. En las paredes hay dos murales, uno de la isla de Bioko y otro de la zona continental.
Y entonces, por fin, reaccionas. Definitivamente estás allí. En Guinea Ecuatorial.