sábado, 12 de enero de 2008

Vino rancio para la mejor ocasión.

"No guarde su botella para una mejor ocasión que nunca llega..."

No sé si el crianza original que contenía la botella fue consumido o no entre el tercer y el séptimo año de su embotellado, tal como indica el gráfico que también adjunta la etiqueta. Pero el vino que ahora contiene sí que ha pasado demasiado tiempo en ella y se ha puesto rancio, aunque con un buen regusto. Según se ha ido bebiendo se va viendo mejor la cantidad de posos que se han asentado en su interior al estar echada durante demasiado tiempo. A él no parece desagradable, ni los posos ni el sabor, y me comenta que por estos lares incluso se comercializa un vino llamado Rancio. Días después me lo da a probar, el mismo día que me hace notar la frase de la etiqueta, en la cual yo no había reparado. Desde aquel día el contenido de la botella ha ido bajando paulatinamente, ya estuviese sola o bien acompañada. Porque nunca llegarán mejores ocasiones si no sabemos valorar cada instante vivido.

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