De viaje por Bulgaria: Veliko Tarnovo y Preobrazhénki (IV)
De las ciudades interiores de Bulgaria una de las más conocidos es Veliko Tarnovo, considerada la capital cultural del norte del país. Esta ciudad ha estado marcada por su emplazamiento sobre las colinas de Tsarevets, Trapezitsa y Seveta Gora, que se alzan sobre el río Yantra, lo cual ya le da a la ciudad un encanto especial.
La más conocida de las colinas es la de Tsarevets, en la que se encuentra el Castillo del mismo nombre. Es uno de los pocos lugares en el país en el que he pagado entrada y lo cierto es que no tiene mucho que ofrecer, por muy imponente que resulte desde lejos. Por la noche se proyecta sobre sus murallas un espectáculo de música y luz que sí resulta más interesante.
La conocida como Ciudad Vieja es mucho más atractiva, perfecta para callejear sin rumbo fijo pero atentos a los detalles. Tampoco podemos irnos sin dar una vuelta por la zona moderna, que a pesar de no contar con demasiados atractivos a nivel arquitectónico es el lugar donde tomar el pulso al día a día de sus ciudadanos.
En un día podemos ver todos estos contrastes, de medieval y soviético, de arquitectura tradicional y contemporánea, de naturaleza y civilización... y podemos aprovechar un segundo día para acercarnos al cercano monasterio de Preobrazhénki, en castellano de la Transfiguración. Se encuentra a 7 km de la ciudad, y al parecer hay un camino para llegar hasta allí, pero a nosotros nos indicaron mal y tuvimos que coger un autobús a medio camino, que salva gran parte de la distancia, pero no la cuesta final. En cualquier caso discurre por un frondoso bosque, por lo que todavía permite dar un pequeño paseo. Al final de la cuesta nos espera uno de los monasterios más importantes de Bulgaria, pero no esperéis un gran complejo conventual, sino por contra un recinto en completo declive donde sólo permanece un monje (al que si sigue vivo seguramente veáis por allí) y algo más de personal.
Las vistas son excepcionales y podréis pasear entre las ruinas de los antiguos edificios, e incluso mirar en el interior de algunas celdas. La iglesia, también de pago (por lo que no entramos), cuenta con un conocido mural en el exterior, la "rueda de la vida" y a sus costados podréis ver los restos de un derrumbe de la montaña que se alza sobre ella, que se produjo en 1991, y del que se salvó sorprendentemente. Visitado todo esto podéis aprovechar para explorar los alrededores, pues desde el monasterio salen varios senderos. Eso sí, no olvidéis llevar algo de comer porque no se trata del típico lugar turístico donde se encuentra de todo.
Respecto al alojamiento sin duda alguna os vuelvo a recomendar el Hostel Mostel, mucho más tranquilo que el de Sofía y en verano podréis disfrutar de barbacoa para cenar. Por último comentar que la ciudad está bien comunicada. Las estaciones de autobuses son bastante céntricas (atención, hay dos!), mientras que la de trenes queda lejos de la ciudad y sólo podéis llegar a ella en taxi o en autobús. Seguramente el lugar donde os alojéis se ofrecerá para ir a recogeros y os llamará un taxi de confianza para la vuelta.
Os dejo algunas fotos. Al principio del post la iglesia de la Transfiguración, con "la rueda de la vida" en primer plano. A continuación algunas imágenes del monasterio, y su monje, y algunas vistas de Veliko Tarnovo.
De viaje por Bulgaria (I)
De viaje por Bulgaria: Sofía (II)
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