El coronell Ocell
Hace unos meses estuvimos en el Institut del Teatre disfrutando de la obra de teatro El Coronell Ocell, de Hristo Boytchev. Como no se trata aquí de destripar la obra, que ya os he dado el link para poder leerla, sólo contaros que en un momento dado los personajes que viven en nuestro perdido manicomio de los Balcanes envían mensajes por medio de aves a otras personas.
Al salir del teatro, una vez terminada la obra, me encontré en el suelo con uno de aquellas cartas y no pude evitar esbozar una sonrisa al leerlo... pues a fin de cuentas, ¿qué le puede enseñar un hombre a un ave? La encerrará en una jaula, o le atará un cuerda a la pata e intentará que repita sus estúpidas palabras.
Mejor si nos esforzamos en liberarnos a nosotros mismos y después, con un poco de suerte, en convertirnos en aves para volar alto, lejos. De no conseguirlo, y tal como canta G., podemos intentar dar un gran salto para agarrarnos a las alas de un gran ave que nos permita, al menos, soñar.
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