Viaje a Albania (III): Tirana
Tirana, a pesar de ser la capital del país, es considerada por la mayoría de los viajeros que conocimos como un destino prescindible, incluso para los que todavía no la habían visitado. La ciudad actual data de 1614 y, hasta que no fue nombrada capital de la recién nacida Albania en 1920, no comenzó a creer y a configurar su aspecto actual. Sin embargo, desde ese momento, la ciudad ha sido testigo privilegiado de la historia contemporánea del país y resulta injusto que sólo pueda parecerle interesante a los nostálgicos del comunismo.
Llegamos un domingo a la noche a Tirana. Teníamos ya reservada una habitación en un apartamento y un servicio de recogida al aeropuerto. Es un poco más caro que un taxi pero nos evitamos nervios a las tantas de la madrugada. El piso estaba al lado del mercado, muy cerca de la plaza Skënderberg.
Nada más levantarnos y desayunar fuimos a cambiar dinero y nos encaminamos hacia la plaza. La primera impresión nos dejó un tanto desorientados, pues estaba todo vallado y en obras, así que a pesar de la guía no supimos muy bien qué hacer. Pero la necesidad de pasar por la embajada marca nuestra dirección hacia una zona para nada turística, pero que guarda algún rincón interesante. A partir de ahí nos dejarnos llevar por la guía y la intuición y empezamos a aprender nuestras primeras palabras en albanés.
Pasamos 2 días y medio en la ciudad, tiempo de sobra para recorrer los principales lugares de visita sin pasarse apenas en los museos de la ciudad.
Los imprescindibles
- La plaza Skeëderberg, punto de partida ideal para introducirse en la historia del país y de la ciudad: lo que hubo y ha desaparecido, lo que vemos y se mantiene y lo que se proyecta para el futuro. En estos momentos el Palacio de Cultura (con la Ópera) está cerrada por reformas, el mural del Museo Nacional de Historia tapado por publicidad para cubrir trabajos de restauración, y media plaza está en obras para convertirse en un plaza moderna gracias a la financiación extranjera (y eso sólo el primer paso hacia la nueva Tirana) .
- La mezquita de Et’hem Bey. Es una de los pocos edificios religiosos que se salvó de la época comunista y es una pequeña maravillas, con sus pinturas murales (abierta a las visitas hasta las 12 de la mañana).
- El barrio del partido, Blloku. Hoy en día los restaurantes de nombre de la ciudad se sitúan en el centro del que fuera barrio residencial de los funcionarios de la dictadura, cerrado a cal y canto al resto de la ciudad. En la zona vale la pena ver el mausoleo que se contruyó a Enver Hoxha, el Internacional Center of Culture Pjeter Arbnori, en forma de pirámide, que está abandonado, y la casa del dictador. Nosotros aprovechamos la visita para comprar la única curiosidad comunista que nos trajimos, unos Zatochi, la revista infantil oficial de la dictadura.
- La Galería Nacional de Arte. Cuenta con obras del siglo XIX a la actualidad, dividas en 6 salas temáticas, destacando las obras realizadas durante la época comunista. Es la galería de arte más importante del país y me resultó muy interesante y, además, está situada en un edificio racionalista en pleno centro de la ciudad.
Los descubrimientos
- El Teatro de Marionetas. En agosto el antiguo Parlamento de Albania durante el Rey Zog , reconvertido en teatro infantil, cierra por vacaciones, pero una empleada encantadora no dudó en dejarnos entrar, encender algunas luces de la sala y enseñarnos las marionetas del último montaje.
- Los escribas, con sus máquinas de escribir esperando clientes. Están en la esquina de la Rruga Skenderberg, en la que se concentran muchas de las principales embajadas del país, y la Rruga e Kvajës. Los encontramos el primer día de visita por casualidad, no hicimos ninguna fotografía y no volvimos a ver ninguno más en todo el país.
- El Gran Parque y el Lago artificial. En pleno agosto la temperatura durante el día es sofocante y más de turista por la ciudad. La vida del país se concentra a las mañanas en las zonas comerciales y los mercados y a la caída del sol, momento en el que todo el mundo sale a pasear, comer alguna chuchería, hablar con la gente… En Tirana los parques del centro son un buen sitio para disfrutar del ambiente pero os recomiendo acercaros al gran parque junto al lago artificial, donde además de gente hay rebaños de ovejas y vacas. Por cierto, en algunas ciudades hay atracciones de feria, coches de choque, el barco pirata, camas elásticas… Aprovechad, que son muy baratas.
- Grafitis. No tengo ni idea de grafitis pero encontramos algunos curiosos en dos zonas, al final de la Rruga Dëshmorët e 4 Shkurtit (muy cerca del gran parque) y en el calle Rruga e Dibres, (cerca de la Plaza Skënderberg).
Algunos consejos
- A las noches todo se llena de puestos de bebidas y de comida. Las palomitas y los buñuelos son muy buenos, los helados son tipo soft ice, muy cremosos pero también buenos, pero las mazorcas de maíz resultaron siempre duras y poco gustosas, nada que ver con las que puedes comer en otros países, como en Turquía.
- Tirana no es una ciudad especialmente bonita a nivel arquitectónico pero algunas fachadas están pintadas de vivos colores y resultan muy curiosas (galería del ayuntamiento).
- El mercado de Tirana, Pazari i Ri, no es ni grande ni demasiado animado comparado con otras ciudades, pero está cerca del centro y es una de las pocas ciudades del interior del país donde llega pesca (aunque los sistemas de refrigerio no dan mucha confianza).
Datos prácticos
- Nos alojamos en un apartamento de Albaniantrip. Habitación y baño amplios y limpios, buena situación y precio ajustado, para ser la capital. Las camas terriblemente incómodas, pero en general pasa lo mismo en todos los lugares donde dormimos, desde casas particulares a hoteles de 3 estrellas: las camas dobles están formadas por dos colchones individuales, duros como piedras y llenos de muelles que sobresalen.
- Encontramos el único supermercado grande de todo el país en justo al lado del apartamento, así que si habéis olvidado alguna cosa o habéis decidido comprarla en el país éste es el lugar indicado. En todo el país todo es importado y, en consecuencia, todo tiene un precio muy similar al de aquí, ya sean objetos de marca o baratijas de mercadillo. Sólo resulta económico el alojamiento y, sobretodo, la alimentación, siempre productos locales y de calidad.
Mapa con la situación geográfica de los lugares indicados en el texto
Viaje a Albania (I)
Viaje a Albania (II): datos de interés
Viaje a Albania (IV): Elbasan
Viaje a Albania (V): el lago Ohrid
Viaje a Albania (VI): Korça
Consejos para viajar por Albania (I): consigue una buena guíaConsejos para viajar por Albania (II): las distancias y los tiempos Consejos para viajar por Albania (III): disfrutad del producto local Consejos para viajar por Albania (IV): adaptaros a los horarios locales Consejos para viajar por Albania (V): mucho más que nostalgia comunista
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