martes, 14 de agosto de 2007

Recuerda, cuerpo

Garabatos en el diario

Después de mes y medio en Kogo, pero sobretodo, de tres semanas trabajando ya en serio empecé a notar el cansancio. Estaba allí, muy lejos de casa, junto al ecuador, en medio de África, y quería aprovechar y ayudar en lo que fuera, cuantas más cosas mejor. Tenía solo tres meses y estaba casi ansiosa por hacer cosas. Terminé montando la ludoteca por las mañanas, ayudando a impartir un curso de Dinamización Social, dando clases de informática, informatizando el censo del Distrito y en definitiva involucrada en lo que fuera, el grupo de teatro, en las clases de Agentes de Salud, en la Asociación de Jóvenes, montando nuevo material para el Día Internacional de Alfabetización...

Aquel ritmo empezó a pasarme factura y por las noches cada vez me costaba más ponerme a escribir el diario... e incluso, mirado ahora con perspectiva, a estar un tanto estresada. De forma voluntaria y contenta, pero estresada. Así que a las noches caía derrotada en la cama. El dibujo es de unos perrillos que tenían mis sábanas. En casa las sábanas siempre las ha hecho mi madre a mano, con cenefas o bordados, y nunca había tenido unas sábanas de dibujitos. Mirando las hojas del diario lo he encontrado y me ha recordado mi habitación, los muebles, la tela con la que estaba decorada, la cama con dosel para la mosquitera, las fotos que colgué. Las cosas más sencillas a veces son las que más nítidamente recordamos al tiempo, las que más sensaciones hacen recordar al cuerpo.

***

RECUERDA, CUERPO...

Recuerda, cuerpo, no sólo cuánto se te amó,
no solo los lechos donde estuviste echado,
más también aquellos deseos que, por ti,
en miradas brillaron claramente
y en la voz se estremecieron –y que un
obstáculo fortuito los frustró.
Ahora que todo se halla en el pasado,
parece casi que a los deseos
aquellos te hubieras entregado –cómo brillaban,
recuerda, en los ojos que te miraban;
cómo en la voz por ti se estremecían,
recuerda, cuerpo.

Konstantinos Kavafis
(versión de Pedro Bádenas De La Peña)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un poema triste, o lo interpreto triste...quizás el recuerdo siempre lo es un poco, ya que no puedes volver donde estuviste y por las noches siempre se busca el calor dei pasado.
Fijate si es así que estoy escribiendo en español...

tzesire dijo...

los recuerdos pueden ser muy bonitos y recordar a veces no es malo.
viajando he vivido casi todo lo mejor de mi vida, bien lo sabes. hoy comiezo otro viaje y espero que deje en mi piel y en mi memoria tantas sensaciones como los anteriores. como el viaje de guinea, en el que los recuerdos son casi todos buenos. pero es lo que tienen las palabras, y más los poemas, que a cada persona le hacen revivir cosas distintas. aunque no puedas volver al pasado sabes que queda mucho futuro para sorprenderte. Un bico.