El mercado de Bata
"El mercado guineano es un verdadero espacio público, multicolor y exuberante. En él se vende todo y todo se compra. Surtido de numerosos y deferentes productos, este espacio comercial está plagado de artículos importados por comerciantes nigerianos, cameruneses, indúes, libaneses y de otras nacionalidades. En nuestro país el mercado es un formidable sitio de trueque: una dulce sonrisa por unos pendientes, un largo clote a cambio de unos momentos agradables. La mujer, para seducir, va al mercado; si estrena su vestido, va al mercado. Siempre va al mercado porque allí es donde encuentra todo lo que quiere: hausas adinerados, libaneses salidos de la mano de Dios, marroquíes de Alá, franceses africanos, españoles en cooperación, indios menuditos, coreanos de ojos de ayer, ministros del último gabinete, hombres de uniforme, niños harapientos, oscuros traficantes y toda la heterogenidad cosmopolita que representa la sociedad guineana."
El párroco de Niefang. Joaquín Mbomio
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No podría estar mejor explicado que en palabras de un guineano: el mercado de Bata. Además esta descripción deja constancia de una de las primeras cosas que me sorprendieron. En Bata puedes encontrar de todo, menos ecuatoguineanos. Bueno, tal vez sea excesivo afirmar esto, pero durante el primer día apenas tuve contacto con ellos en la capital. Como ya conté el vuelo entre Malabo y Bata lo realizamos en un Yakolev 40, cuyo comandante se llamaba Vladimir. La mayoría de las compras las hicimos en la tienda de unos catalanes y eliges entre el supermercado español y el libanés. Las fotocopias en la tienda de unos orientales, yo creo que chinos. Y para comer terminamos en el restaurante de unos gaboneses o cameruneses, con la carta en francés. El mercado es unos de los pocos lugares donde ves a guineanos no sólo comprando, sino regentando algunos puestos. Pero la mayoría de los negocios pertenecen a extranjeros, así como los productos, casi siempre importados, hasta la fruta y la verdura, que vienen de Camerún.